lunes, 21 de febrero de 2011

Nada es para siempre...

En esta vida nada es para siempre. Los cambios son inevitables. En busca de la seguridad y por temor a la pérdida, nos podemos aferrar a situaciones o a personas… pero este es un intento que a la larga siempre resulta fallido.

Y puesto que no todo está bajo nuestro control, es fundamental el saber aceptar y adaptarnos a estos cambios que nos presenta la vida.

Sólo si asumimos estos aparentes caprichos del destino podemos volver a retomar nuestro poder personal, incluso con mayor libertad si comprendemos qué ha pasado, qué ha sucedido en lo profundo.

En muchas ocasiones, los cambios nos liberan de ataduras, evidentes unas veces, invisibles otras. Son oportunidades para el crecimiento.

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